Romanos 10:9:
Que si confesaresôcon tu boca que Jesús es el Señorô, y creyeres en tu corazónô que Dios le levantó de los muertos, ôserás salvo.
Y creyeres en tu corazón
A la corta o a la larga lo que tengas en tu corazón se va a manifestar en tu confesión (la boca + la acción). El corazón es el asiento de los sentimientos y pasiones…, inclinación, deseo, propósito[1]. Cuando hablamos del corazón; hablamos del centro de tus pensamientos.
Proverbios 12:23:
El hombre cuerdo encubre su saber; Mas el corazón de los necios publica la necedad.
Es como que el necio no tiene más remedio que sacar a la luz lo que tiene en su corazón, por eso dice que publica su necedad.
Mateo 12:33-37:
33 O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol. 34 ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
Recuerde que la boca representa a la persona que habla lo malo y lo hace porque “no tiene más remedio” pues es lo que tiene en el corazón. Lo mismo es con el bueno.
35 El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. 36 Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. 37 Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
Qué importante que es el corazón. Por eso es que Dios nos recomienda en Su Palabra que sobre toda cosa guardada, guardemos nuestro corazón, porque de el brotará o surgirá la vida que sea que tengamos. De él sacaremos a la luz lo que hayamos guardado. Fíjese que dice: saca del buen tesoro o del mal tesoro del corazón ¿Sabe porqué tanto del bueno como del malo pueden sacar? ¡Porqué primero lo pusieron ahí! El corazón es como una caja. Uno va guardando lo que quiere, luego cuando lo necesita lo saca.
Además observe el detalle que dice que no hay que guardar cualquier cosa en el corazón, sino que hay que guardar aquellas cosas que ameriten estar allí, luego sobre esas cosas elegidas, guardamosla Palabra. Usted pongala Palabra en su corazón, así cuando la necesita, la saca porque de la abundancia del corazón hablará su boca.
Proverbios 4:20-27:
20 Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. 21 No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; 22 Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo. 23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
Sobre toda cosa que uno guarde, uno debe guardar el corazón. Insistamos sobre esto porque es muy importante. No dice que lo guardemos sobre toda cosa tan sólo, sino sobre toda cosa guardada. Uno no guarda en su mente voluntariamente todo, solamente guarda las cosas elegidas de su vida. Esas cosas especiales que uno guarda… sobre esas habremos de guardarlo al corazón. Es decir que el corazón es la cosa elegida de entre las otras cosas elegidas para ser guardado por encima. ¿Por qué será tan importante guardarlo sobre toda cosa y con la mayor prioridad al corazón? Porque el corazón es la buena brújula de tu vida si la brújula de tu corazón es Dios y Su Palabra.
24 Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la iniquidad de los labios. 25 Tus ojos miren lo recto, Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. 26 Examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos. 27 No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal.
Cuán hermosamente se van entretejiendo los elementos que tienen que ver con lo que venimos estudiando en Romanos diez nueve. Guardar el corazón sobre toda cosa, boca y labios, ojos, párpados, pie y luego las acciones, no desviarse, y apartarse del mal.
Proverbios 23:7:
Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo.
La gente necesita de la Palabrade Dios para tener fe y ser renacida del espíritu de Dios à ser hecha salvaà ser hija de Diosà ser santificada. La fe viene por el oír[2] y lo que hay que oír para tener fe es la Palabra de Dios.
Muchas veces se enseña que las buenas obras son las que le permiten renacer a las personas, pero la Bibliaenseña que las buenas obras son las que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas una vez (después) que renacimos del espíritu de Dios. No antes. Es el ser hijo de Dios que nos permite hacer buenas obras y no al revés. No son las buenas obras las que nos llevan a renacer del espíritu de Dios.
Hablando de obras, ¿cuánto tuvo que trabajar usted para nacer? ¡Nada! Todo lo hizo su mamá. Igual cuando usted renace. Dios lo hace renacer, usted no hace nada. La única obra que tuvimos que hacer fue enterarnos de un manojito de cosas:
▪ que existe Jesús,
▪ que Dios lo hizo Señor,
▪ que existe Dios y
▪ que este Dios (y Padre de Jesús) lo levantó de los muertos.
Eso es todo lo que usted “tiene que” hacer. Aún así esto tan sólo no lo habilita a Dios a “renacerlo” a usted. Usted tiene que confesar esas cosas y creer. Como creer es un verbo, entonces demanda una acción de su parte. Esta parte es CLAVE. Lo que hay que creer, es decir, sobre lo que hay que actuar es que Jesús es su Señor y que Dios le levantó de los muertos.
No tiene que ir a ninguna iglesia para ser salvo, no debe vivir una vida perfecta para ser hijo de Dios. No tiene necesariamente que estar en esta clase para ser hijo de Dios. Tiene que conocer un “mínimo” dela Palabrade Dios, creerla y confesarla.
Dios enseña en Su Palabra que Su voluntad para usted -como renacido de Su espíritu y representante de Él- tenga una vida digna de Su llamamiento como hijo de Dios. Deseablemente usted lo hará porque querrá vivir a la altura del amor de Dios por su vida. Justamente la confesión que usted hace es que Jesús es su Señor a partir de ahora. ¿Señor de quién? ¡Suyo! El vivió para Dios dejándonos ejemplo de servicio y es su jefe ahora. Pero depende de su voluntad pues el amoroso Padre celestial no torcerá su brazo para que usted haga las buenas obras preparadas por Él para después de que usted haya renacido.
Efesios 2:8 y 9:
8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.
La salvación gratuita de Dios es porque lo necesitamos no porque lo merezcamos. ¡Gracias a Dios que es así! “Para que nadie se gloríe” Nadie puede decir que es salvo porque hizo tal o cual cosa. Nadie puede gloriarse de su salvación. La gloria por su salvación es de Dios que entregó a Su hijo por usted, para que usted sea salvo y a Jesús quien se entregó voluntariamente por todos nosotros. Usted, yo, nosotros no tuvimos nada que ver con esa magnánima entrega. Solamente somos los beneficiarios de semejante dar.
Efesios 4:7:
Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
Nos fue dada gracia no conforme a otra medida sino conforme a la medida del don de Cristo. ¡Vaya medida para darnos gracia!
Cuando uno renace del espíritu de Dios uno tiene la fe de Jesucristo que es la misma para todos, ninguno tiene más y ninguno tiene menos.
Romanos 3:22-24:
La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús
Ahí está clarito como el agua. La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo para todos los que creen.
Es muy bueno ser una buena persona o hacer buenas obras, pero eso no lo convierte en hijo de Dios. Lo que lo convierte en hijo de Dios es creer y confesar, pero no creer cualquier cosa, sino que Jesús es el Señor y que Dios le levantó de los muertos. Luego de hacerlo hay buenas obras en las que el Padre pensó para que usted anduviera en ellas.
Efesios 2:1:
Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados
Esta es la óptica dela Palabrade Dios en cuanto a cada uno de nosotros antes que Él nos hiciera hijos Suyos. Un muerto, espiritualmente hablando, no puede hacer obras ni buenas ni malas. Ya habíamos visto que cuando Adán y Eva pecaron, ciertamente murieron. Esa conexión que tenían fue perdida por desobediencia. Merced a Su amor, Dios hizo la “re ingeniería” necesaria para que quienes confiesan y creen vuelvan a tener la común unión, Su espíritu perdido en Génesis y recuperado por Jesús. El instante mismo que Adán desobedeció ciertamente murió. El instante mismo que usted creyó y confesó; Dios en Cristo recuperó para usted espíritu santo. ¡Los instantes dela Palabra!
Como vimos anteriormente:
La presencia de Dios a través de Su espíritu en el hombre es el ambiente natural del hombre. Según el diseño original de Dios es como el hombre debía ser: cuerpo, alma y espíritu.
El camino a Dios ha sido planeado, marcado, delineado, construido y pavimentado por Él mismo para unir Su corazón con el nuestro.
Juan 14:6:
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Este es Jesús el hijo de Dios, el mediador dispuesto por Dios en nuestro beneficio. Dios dispuso que él fuera el camino por la obediencia que manifestó ala Palabra. Aeste camino confesamos como señor y creemos que fue resucitado. Así Dios nos hace Sus hijos.
Una persona no puede obtener su salvación haciendo buenas obras y no puede perderla haciendo malas obras o pecando. La respuesta amorosa y recíproca al inmenso amor de Dios por usted al haberle dado el salvoconducto al futuro Reino Suyo mediante la salvación en Jesús, ciertísimamente es hacer las buenas obras preparadas por Dios. Ahora que es hijo ¡ande en las buenas obras que Dios preparó para usted!
Juan 14:12:
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.
El trabajo completo de salvación del Señor Jesucristo nos habilitó a hacer las obras que él hacia y aun mayores siendo que él ya fue al Padre. Por consiguiente hacer esas obras (que ahora podemos hacer porque tenemos a Dios en Cristo en nosotros) es hacer las buenas obras que Dios preparó de ante mano.
Hechos 10:38:
Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Esto hizo su redentor, esto haga usted. Estudie muchola Palabrade Dios y compártala con todo el que se le cruce. Ese es el mayor bien que persona alguna pueda hacer por otra. Dios lo ungió a Jesús con poder, con el mismo poder con el que lo ungió a usted. ¡Es Dios en Cristo en usted! Si él anduvo haciendo bienes y sanando, también lo hará usted si anda en sus pisadas.
1 Pedro 2:21:
Pues para esto fuisteis llamados [¡usted también fue llamado!]; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas
La salvación y la vida por siempre -después del regreso de Jesucristo- son un don de la gracia de Dios y por lo tanto imperdibles.
Romanos 11:29:
Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.
Hay otras versiones dela Bibliaque han traducido este mismo versículo de la siguiente manera:
Porque los dones de Dios y Su llamamiento son irrevocables. [Él nunca retira o se retracta de ellos una vez que fueron dados, y Él no cambia Su parecer acerca de a quienes Él da Su gracia o a quienes Él envía Su llamamiento][3].
Porque Dios no retira su don y su llamamiento[4].
Hay una Biblia que traduce al versículo 29 de similar manera a la versión que estamos utilizando pero tiene una nota al pie que dice lo siguiente: Porque los dones y el llamamiento de Dios son sin su arrepentimiento de ellos; porque las promesas de Dios son incambiables ni puede arrepentirse de haber conferido sus dones.[5]
Su salvación es permanente. En su familia natural (la de carne y hueso) una vez que usted es hijo,… es hijo. No es hijo hoy si se porta bien y deja de serlo mañana si se porta mal. En ninguna de las “dos familias” puede “des nacerse” o “des hijarse”. Uno puede estar en buenos o en malos términos con el “jefe de familia” pero sigue siendo de la familia.
1 Juan 3:9:
Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
Nuevamente, cuando uno nace físicamente tiene simiente física en uno. Uno hereda de sus padres terrenales su naturaleza, las realidades, los privilegios y responsabilidades de todo lo que ellos son como miembros de la raza humana. Del mismo modo, cuando uno renace del espíritu de Dios tiene simiente espiritual en uno. Al nacer, uno nace con cuerpo que es lo que se ve y con alma que es básicamente estar vivo. En esas partes una persona puede cometer pecado pero cuando renace; esa nueva parte que adquiere por gracia de Dios – el espíritu – no practica el pecado porque es nacida de Dios. La persona es re-nacida de Dios (“re” porque antes ha nacido) y el espíritu dentro de la persona es nacido de Dios.
Es decir la persona una vez renacida puede pecar pero nunca en el espíritu de Dios sino en su cuerpo y su alma. Aunque pecar pone a la persona en una situación desventajosa nunca queda tan alejado de Dios por ello porque tiene en sí el espíritu de Dios que no peca y queda en el o en ella incondicionalmente. Uno es hijo de Dios en virtud de tener ese espíritu santo de Dios en uno. Si este espíritu santo no se va de uno porque está dentro de uno de una manera incondicional entonces uno NUNCA deja de ser hijo de Dios. Por eso lo más justo de nuestra parte sería nunca dejar de andar como lo que somos: hijos del Altísimo.
No puedo dejar de ser hijo de don Carmelo y doña Toti no importa lo que haga como tampoco puedo dejar de ser hijo de Dios no importa lo que haga.
Una persona de cuerpo y alma se apropia de la vida eterna cuando renace del espíritu de Dios. Justamente es Él Quien nos hace renacer.
1 Pedro 1:3-5 y 23-25:
3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, 4 [¿para qué?] para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, [¿dónde está reservada esa herencia porque ahora no la “puedo ver”?] reservada en los cielos para vosotros [está reservada en el “Banco del cielo”, el más seguro que hay], 5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.
Esa esperanza de la que habla es la que comienza con el retorno del Señor Jesucristo con quien re fundaremosla Tierraa su estado original de esplendor y gloria. Para eso renacimos. Esa es una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible (que no se marchita) que no está reservada en un banco aquí enla Tierrasino en el cielo. Esa herencia está totalmente asegurada y será manifestada en un tiempo postrero.
23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. 24 Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; 25 Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.
¿Recuerda la última parte de Romanos 10:8? Dice: “Esta es la palabra de fe que predicamos”. Aquí dice: “esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada”. Prediquemos y anunciemos esa Palabra de fe.
El nacimiento suyo, de la unión de sus padres es irreversible, como lo es el nacer de nuevo. Usted puede llevarse mal con sus padres e inclusive no verlos nunca o no verlos más, o no parecerse a ellos, aun así no se anula ese vínculo indisoluble. Lo mismo es con Dios y el nuevo nacimiento. Es irrevocable.
El espíritu santo habita dentro de uno cuando uno nace de nuevo. Ese es regalo de Dios, Su don y como es espiritual no puede ser tocado o sentido pero puede ser manifestado a nivel de los cinco sentidos cuando uno actúa segúnla Palabrade Dios. Ese espíritu santo es el sello de garantía de vida por siempre y es permanente.
Efesios 1:13 y 14:
13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
Primero uno oyela Palabrade verdad que esla Palabrade Dios y que coincidentemente es el Evangelio de nuestra salvación. Una vez que uno cree en eso, uno es sellado con el espíritu santo de la promesa, que es las arras, una muestra, la garantía de la herencia total que recibiremos al momento del retorno de Cristo por nosotros. ¡Mire el amor de Dios!
El versículo catorce en otra versión[6] dice:
Que es una prenda anticipada de nuestra herencia, con el propósito de poner en libertad por rescate la propia posesión [de Dios] para su gloriosa alabanza.
Esas “arras” son como un ticket o boleto de viaje por ejemplo en avión. No es el viaje en avión, es la prenda anticipada o muestra del contrato que dice que usted hará un viaje en avión. Así es el espíritu santo con el cual fuimos sellados. Es una muestra, un boleto, un anticipo de la herencia total y futura de vida en el Reino de Dios por siempre con Él y con Cristo sobrela Tierra. Sile creemos a la compañía aérea que hoy pagamos un viaje y nos dan un papelito como muestra de aquel viaje que aún no hicimos… ¿¡Cómo no creerle a Dios que hay más por venir en virtud del nuevo nacimiento?!
1 Juan 3:1 y 2:
1 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. 2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
Todos sabemos que un hijo lo es hoy y mañana y pasado. Usted es hijo ahora y cada vez que lea este versículo y aunque no lo lea también si es que al menos leyó e hizo Romanos 10:9 y 10. Una vez que usted confesó y creyó, usted es hijo y va a tener un cuerpo como el que tiene ahora Jesucristo después de haber resucitado.
Hemos dejado bien en claro quela Palabradice que antes de ser hijos de Dios éramos hijos de ira, sin Dios ni esperanza en este mundo. Ahora que renacimos, Dios espera de nosotros que tengamos una conducta de hijos. Que andemos en las buenas obras que Dios preparó para que anduviéramos una vez que nos prohijó. Se supone que debemos estar en el polo opuesto a todo lo que nos había mantenido alejados de Dios que básicamente es el pecado del cual antes éramos esclavos.
Romanos 6:9-23:
9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. 10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive.
Esto es lo que logró Cristo por nosotros. Murió una vez y como resucitó ya nunca más morirá y murió al pecado entonces vive para Dios. Igual con nosotros al momento del nuevo nacimiento. Vivamos para Dios.
11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Así nos tenemos que considerar nosotros: muertos al pecado pero vivos para servir a Dios en Cristo Jesús a quien confesamos como señor de nuestras vidas. Nacimos de nuestros padres para vivir y renacimos de nuestro Padre celestial para servir en amor por lo que Él hizo por nosotros en Cristo.
12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias [antes de renacer, reinaba el pecado en nosotros]; 13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
Esta es la conducta de un hijo: que no reine el pecado y que todo nuestro ser sea un instrumento de la justicia de Dios. Hemos renacido y por lo tanto permanecemos con un andar que le bendiga a Dios alejados del pecado del que estábamos cautivos antes de renacer. El pecado era nuestro señor, pero, al confesar y creer cambiamos de señor.
14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. 15 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. 16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? 17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados;
Recuerde que usted fue obediente a la porción de la Palabraque dice que si confiesa con su boca que Jesús es el señor y cree en su corazón que Dios le levantó de los muertos usted es salvo. Usted fue obediente en ese instante, permanezca en obediencia a esa Palabra que tanto lo bendijo.
18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. 19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. 20 Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. 21 ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. 22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.
¿Ve cuál es el fin? La vida eterna. Esto no para aquí. Esta vida que abrazamos a partir del momento de haber nacido de Dios no termina aquí. Ese espíritu que usted recibió al momento del nuevo nacimiento es la “muestra gratis” de la vida futura con Dios y con Cristo sobre la Tierra. El pecado nos mantenía como muertos delante de Dios pues ese es el pago por el pecado y Dios en Su infinito amor nos regaló vida eterna en Cristo Jesús.
En su vida normal, cuando usted busca un trabajo una de sus consideraciones, para decidir entre una oferta laboral y otra, es cuánto va a cobrar a fin de mes. Cuando no conocíamos a Dios el pago era muerte, ahora el pago es vida abundante y vida eterna. ¿Quién paga mejor? Bueno trabaje entonces para el jefe que mejor le paga.
23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Lo más humanamente lógico después de haber recibido un regalo es decir gracias. Bueno, el regalo que recibimos es tan inmenso que no sólo decimos gracias sino que hacemos por nuestra libre voluntad que nuestra vida sea una vida de agradecimiento a Dios. Lo hacemos sirviendo a los demás la misma Palabra que cambió nuestras vidas.
Nota del Autor
Toda la Escriturautilizada en este artículo es de la Versión ReinaValera 1960 a menos que se especifique algo en contrario. Cada vez que aparezca resaltada alguna palabra dentro del texto dela Biblia, se trata del énfasis añadido por el autor.
Toda vez que se utilice una palabra de origen Griego será escrita en minúscula cursiva (Ej.: atomos). Y si se usara una palabra hebrea o aramea será escrita en mayúscula cursiva (Ej.: YARE). En ambos casos se puede utilizar la palabra raíz como cualquier otra forma gramatical de esa palabra en representación de la familia de palabras